El otro día pasé por la
biblioteca de mi pueblo a devolver una guía de viajes y, aunque no tenía
pensado llevarme ningún libro, caí en la tentación de Moccia. Hacía mucho tiempo que no me leía nada romanticón y
empalagoso, así que podía permitirme el atracón de amor sin sufrir un empacho.
¡Vamos a por la reseña!
DATOS DEL LIBRO
- Título: Tú, simplemente tú
- Autor: Federico Moccia
- Editorial: Planeta
- 352 páginas
SINOPSIS
Triste, solo y abatido, Nicco decide que
no es momento de perder la esperanza y que tiene que ir en busca de sus
sueños, así que convence a Gio para que le acompañe a España, en busca de
María. Juntos, recorrerán el país en busca de aquella que le ha cambiado para
siempre. ¿Podrá Nicco encontrar a la chica de sus sueños? ¿En qué ciudad
estará?
¿QUÉ ME HA PARECIDO EL LIBRO?
Como os digo, lo cogí a sabiendas
de que sudaría purpurina y arcoíris según empezara a leer, y no me ha
defraudado. En su día me leí Perdona si
te llamo amor, Perdona pero quiero
casarme contigo, A tres metros sobre
el cielo y Tengo ganas de ti y,
en mi opinión, este libro está peor que estos anteriores.
Es entretenido, se lee rápido y
me ha venido muy bien para mis viajes en Cercanías, pero no es ningún obrón. Me
ha gustado mucho que parte de la novela estuviera ambientada en Madrid, porque
es curioso ver tu ciudad a través de los ojos de un hipotético chico italiano
de 23 años.
A la trama amorosa hay que
sumarle dramatismo porque el chaval se ha quedado sin padre recientemente.
Confieso que de todo el libro,
para mí, lo más increíble de todo es que diga "la estación ha sido
remodelada hace poco, está muy cuidada y todo funciona a la perfección"
refiriéndose a Atocha. Cuando leí eso la novela pasó de romántica a ciencia
ficción en un momento.
¡Atención! A partir de aquí contiene spoilers
La primera parte de la reseña era
para todos los públicos. Esta parte, solo te la dedico a ti, que ya te lo has
leído o que te importa un pimiento que te desvele algo de Tú, simplemente tú.
Como comentaba anteriormente,
este no es el primer libro de Federico Moccia que me leo y, sinceramente, me
gustaron más los otros. Tal vez porque eran la novedad, o tal vez porque era
más joven, quién sabe.
La trama de esta novela no es
especialmente elaborada. Los chiquillos pierden la cabeza y vienen a Madrid a
encontrar a una chica con la que se lió uno de ellos en vacaciones, así, a lo
loco, sin tener ni su teléfono ni su facebook (que ahora se lleva más que pedir
el teléfono). El portero del hotel donde
se alojó la chica en Italia les da una dirección falsa tras haber sido
sobornado, y cuando van a esa casa, ¡sorpresa! Ahí no vive ninguna María.
Claro, era de esperar, aún quedaban 200 páginas del libro.
Aún así, en esa casa vive una
pareja de gays súper amables y uno de ellos encima es italiano. ¡Qué
casualidad! Nicco y Gio se van desconsolados, pero tienen tanta suerte que
María López (toma topicazo, al menos no era Pérez) es modelo, la ven en un
anuncio de moda, vuelven a encontrarse a los gays que justo trabajan en ese
mundillo y al final, les ponen en contacto con Elena, de una agencia que hacen
spot publicitarios y contratan a las muchachas bonitas como María. ¡Uf! Qué de
casualidades, ¿verdad?
Ahora entra en juego el personaje
más desconcertante de toda la historia: Elena. Una súper chica que se come el
mundo en una agencia de publicidad donde puede meter en los gastos de la
empresa hoteles encantadores, transporte y dietas para ella y para dos extraños
que acaba de conocer y a los que lleva por Madrid, Hondarribia y Véjer de la
Frontera. WTF.
Continúo y concluyo, que no me
quiero alargar más. La historia, obviamente, acaba bien, con María y Nicco
juntos y enamorados, al menos algunos días más, porque deja el final un tanto
abierto. Me hubiera gustado que la historia fuera diferente, que no hubieran
acabado juntos y que, sin embargo, hubiera florecido y dado más importancia al
romance entre Gio y Elena. Hubiera sido un puntazo, y me hubiera resultado un
libro más original.
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